El Trasplante

¿Qué es el Trasplante de Médula Ósea?

El transplante de médula ósea es un procedimiento radical que se utiliza para el tratamiento de enfermedades de origen medular (como las leucemias o los linfomas) cuyo tratamiento convencional es ineficaz o ha fracasado previamente.

Se basa en la fácil trasplantabilidad del tejido hemopoyético. Esta propiedad permite administrar al enfermo una dosis muy alta de quimio y/o radioterapia que pretende erradicar la enfermedad de la que se trate, pero, inevitablemente, también destruye la médula ósea que es el tejido del organismo más sensible a este tipo de terapia, por reproducirse continuamente. Para evitar que el enfermo se muera por la falta de producción medular (globulos rojos, blancos y plaquetas), tras la quimio-radioterapia masiva (que llamamos acondicionamiento) se le administra una cantidad suficiente de células madre para poder repoblar su médula destruida que proporciona un donante compatible o el propio paciente en determinados casos.

¿Qué tipos de trasplante hay?

Trasplante de progenitores hematopoyéticos

En la actualidad, más que de trasplante de médula se debe de hablar de trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH), ya que la procedencia de los mismos no es siempre (y cada vez menos) la médula ósea. Así, hablamos de:

Tipos de trasplante según sea el donante

Por otra parte, según quién sea el donante, se distinguen también tres tipos de trasplante:

¿Qué etapas tiene el trasplante?

Obtención de los progenitores

La obtención de los progenitores puede ser:

En el autólogo se obtienen con anterioridad y se conservan congelados.

En el alogénico pueden obtenerse también con anterioridad y conservarlos congelados, u obtenerlos el mismo día en que se van a infundir.

Acondicionamiento

El acondicionamiento se realiza con el paciente ya ingresado.

Es el tratamiento del paciente anterior al trasplante, y consiste en dosis muy altas de quimioterapia, radioterapia o ambas.

Su finalidad es:

Administración o infusión de los progenitores

Los progenitores se administran directamente, a través de un catéter endovenoso, en la habitación del paciente.

Si estaban congelados, se hace una descongelación previa rápida en un baño a 37 grados. Se denomina día “0”.

Fase de aplasia

Período de tiempo en el que predomina el efecto del tratamiento de acondicionamiento y todavía no se ven las células nuevas producto del prendimiento y desarrollo del injerto. Dura de dos a cuatro semanas.

El paciente ha de estar aislado y protegido para prevenir infecciones, que en esta fase son frecuentes y severas (bacterias, hongos, virus, protozoos, etc.).

Se realiza tratamiento de soporte con transfusiones de hematíes y plaquetas para controlar la anemia y evitar el riesgo de hemorragias.

Recuperación hematológica

Normalmente se inicia a partir del día 10 a 15 ó 20, después de la infusión de progenitores o día “0”. Empieza a evidenciarse en la analítica del paciente la aparición de hematíes, leucocitos y plaquetas.

Reconstitución inmune

La reconstitución linfoide y humoral se prolonga varios meses. Es más larga en los trasplantes alogénicos, y aun más si son de donante no emparentado, condicionado en parte por la enfermedad injerto contra huésped (aguda, si aparece hasta el día +100, y crónica, si aparece más allá del día 100). La producción de inmunoglobulinas puede ser deficitaria hasta más allá de 18 meses.

Esto se traduce en facilidad para sufrir infecciones por determinados virus sobre todo, pero también por hongos y bacterias encapsuladas, por lo cual el paciente, aunque en principio ya no permanezca ingresado, debe seguir un control y seguimiento estricto dependiente del servicio trasplantador, a través de su consulta externa y hospital de día.

¿Cuáles son las principales indicaciones?

Las indicaciones son múltiples y de características diferentes, pero la decisión de hacerlo, el tipo de trasplante y el momento de realizarlo ha de ser siempre una decisión individualizada y condicionada por: